Cómo debería ser un mercado perfecto.

Un mercado perfecto es aquel que tiene las siguientes características:
  • Amplitud: Existe un volumen suficientemente grande de activos a intercambiar.
Si en un mercado no existe el número suficiente de activos a intercambiar, el valor de los activos y la libertad de elección queda alterado por el factor de la escasez. En un mercado en el que sólo hay un producto y éste es muy escaso, la compra de ese producto no se realiza tanto teniendo en cuenta las cualidades de este producto y su comparación con los demás, sino su escasez.
  • Transparencia: Hay información accesible y sin coste sobre los activos y sus emisores.
Para que el mercado sea perfecto, la información relativa a los objetos que se negocian debe ser suficiente y debe ser la misma para todos los interesados en el activo. Si existe alguna información que por su coste o por simple opacidad no está disponible para todos los inversores potenciales, el mercado no es transparente.
Si, por ejemplo, en un mercado se negocian acciones de una compañía relacionada con la producción eléctrica fotovoltáica y se va a producir un cambio en la legislación relativa a la producción y comercialización de esta clase de energía que algunos inversores conocen y otros no, la negociación de las acciones de esta compañía no puede considerarse transparente.
  • Libertad: No hay límites de acceso o salida al mercado. no existe ninguna autoridad que intervenga en el proceso de formación de precios.
La intervención en el mercado, como poco marca una pauta en los precios a los que se negocian los bienes. Un ejemplo podría ser el precio de venta de la gasolina en España. Durante años, el estado fijó un precio máximo para las gasolinas. Este precio era la clara referencia para todas las compañías distribuidoras de combustible que ofertaban precios muy semejantes. Actualmente no hay una autoridad como el estado que fije unos límites para el precio de los combustibles, y existe algo más de variación en los precios entre distintos surtidores. Si esta variación no es mayor, podría deberse a la existencia de una autoridad en la sombra en forma de pacto entre compañías para ofrecer unos precios semejantes.
  • Profundidad: El número de órdenes de compra o venta es alto.
Cuando el número de operaciones es alto, se alcanza un equilibrio entre la oferta y la demanda de forma que el precio puede considerarse justo. En mercados con pocas operaciones, puede haber posturas muy diferenciadas entre el vendedor y el comprador que hagan que uno de los dos sienta que tiene que ceder demasiado para cerrar la operación, con lo que ésta no se produce o deja a uno de los partícipes descontento.
  • Flexibilidad: Existe una reacción rápida a los cambios en las condiciones del mercado.
Esta característica es una consecuencia de las anteriores. La información transparente suficiente tanto para el comprador como del vendedor y la libertad en la formación de precios, hacen que los partícipes en el mercado puedan detectar los cambios en el mercado y decidir en consecuencia. Si el número de operadores es alto, la existencia de discrepancias entre el precio de negociación y una valoración más adecuada a las nuevas circunstancias, se reducirá con la actuación de los vendedores y compradores que busquen un beneficio con el arbitraje entre estas diferencias.
Un mercado con estas características permitiría que todos los que participen en el mismo lo hiciesen en igualdad de condiciones siendo estas condiciones las más adecuadas para que se fijen los precios y se ejecuten las transacciones de activos de forma libre e informada.

Enlaces
      Cómo son los mercados en la realidad.

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