Qué son los contratos de futuros.

Un contrato de futuros es un acuerdo de vender una materia prima o un instrumento financiero en una fecha futura.
En la firma del contrato se fijan las características de la venta: la cantidad de activo subyacente por contrato, la fecha de la transacción y el precio de venta.
Un ejemplo de futuro sería firmar un 15 de febrero la compra de una acción de Telefónica el 15 de abril del mismo año a un precio de 11 euros. Otro ejemplo, sería firmar la venta el 15 de abril de una acción de Repsol a un precio de 15,50 euros.
Si el subyacente del contrato es una materia prima, en el contrato se fijarán elementos adicionales como la calidad, el formato y forma de entrega.
El contrato de futuros del algodón número 2 fija unas características concretas en cuanto a volumen (50000 libras de peso neto por contrato), calidad (color y longitud de las fibras) y entrega (entrega física en puntos concretos situados al sur de Estados Unidos).
Los futuros son contratos estandarizados que se negocian en mercados organizados.
Un contrato en el que se acuerdan precios a futuro pero para el que no se prevé negociación en un mercado secundario, se llama contrato a plazo.
Un contrato en el que se acuerdan precios a futuro que se negocia en un mercado no organizado, no será un futuro sino un forward.

 
Clases de futuros.

Lo que verdaderamente se negocia con los futuros es la variación de los precios, por lo que se pueden contratar futuros sobre casi cualquier subyacente. Podrían considerarse dos tipos básicos en función del tipo de activo subyacente:
• Futuros sobre activos físicos (Commodities futures), principalmente productos agrícolas y metales.
• Futuros sobre instrumentos financieros (Financial futures), principalmente divisas (yen, dólar, euros), tipos de interés e índices bursátiles (IBEX 35, Mini IBEX-35), Bono a 10 años, y acciones.

Enlaces
      Partes en un contrato de futuros.
      Qué son los derivados. 

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