Al ser un bien escaso, las materias primas y en especial los metales preciosos tienen un mercado menos amplio que otros bienes. Esto ha hecho que se den muchos intentos de control del precio del mismo. El más conocido fue el Pool del Oro de Londres, en el que ocho países, liderados por Estados Unidos, intentaron mantener fijo el precio del oro en 35 dólares.
La cifra de 35 dólares por onza de oro fue fijada en 1944, en las reuniones de Bretton Woods, como valor de referencia de la relación entre el oro y el dólar. Este valor de referencia tenía que ser estable ya que en los acuerdos de Bretton Woods se fijó la convertibilidad entre monedas basada en reservas bancarias en oro o en dólares.
En 1960 el precio del oro comenzó a subir y exigió compras por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos y del Banco de Inglaterra. Un año después, se creó un pool en el que participaban los bancos centrales de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Suiza. La función de este grupo era mantener el precio del oro comprando si bajaba de 35 dólares y vendiendo si subía de esta cantidad.
El pool se mantuvo entre 1961 y 1968. En 1967, había aumentado la demanda de oro y esto hacía que para mantener el precio los bancos centrales de los países del pool tuvieran que vender oro a 35 dólares o menos. Ese año, el dólar y la libra inglesa sufrieron una devaluación y no pudieron aportar más fondos en oro para evitar una subida de los precios. En ese momento, Francia salió del pool y el acuerdo se rompió. La cifra de 35 dólares por onza de oro se intentó mantener artificialmente como una ley que fijaba el precio para los intercambios entre países, pero no se mantuvo un mercado con dos precios: uno para compradores privados y otro para países. En 1971 el dólar se desligó totalmente del oro.
La idea de que un pool con unos pocos grandes inversores pueda controlar los precios de un mercado reducido es algo que se tiene que tener en cuenta a la hora de invertir en metales preciosos. Si el precio del oro se mantuvo durante años debido a un acuerdo político y el precio de la plata se disparó en gran medida por la actuación de dos hermanos millonarios, parece claro que la actuación de uno o varios grandes inversores que tengan una posición común puede condicionar el mercado de metales preciosos, al menos a corto y medio plazo. ¿Qué consecuencias tiene esto para un inversor? El inversor tiene que tener en la mente que en situaciones en las que exista una subida o una bajada desproporcionada de dinero puede haber un interés de control o especulación detrás que esté forzándolas.
Para alguien que sea capaz de controlar el precio de un bien, es más beneficioso que éste varíe mucho y apuntarse a las subidas y las bajadas que el que el precio se mantenga fijo. Si el precio de la plata sube en dos años de cinco dólares la onza a seis dólares la onza, se consigue un rendimiento del 20%, que está bien. Si en esos dos años el precio sube de 5 a 20 y baja a 6 y alguien es capaz de coger las subidas y las bajadas, el rendimiento que obtiene es superior al 500%. Ante esa situación, el inversor que no tiene esa capacidad de mover el mercado tiene que estar atento a qué cambios futuros podrían suponer un mayor rendimiento para una “mano negra” que mueva los valores e intentar acompañarla. Si la cotización del valor sube tanto que alguien que esté en corto puede ganar mucho dinero, puede que convenga mirar los cortos. Si la cotización se hunde, hay que estar atento ante posibles resurrecciones del valor. Si un gran inversor inunda el mercado con ventas baratas para bajar el precio de un bien, hay que pensar que igual que en 1967 tal vez llegue un momento en el que el gran inversor no tenga nada más que vender y el precio del bien vuelva al valor que le corresponde de acuerdo con la oferta y la demanda real. En este caso, los fundamentales a estudiar para un inversor deben ser el valor del bien, el mercado, y los posibles motivos y el posible beneficio para un gran inversor de ir contra el mercado.
Enlaces
Inversión en divisas.
La inversión en materias primas.
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