La
inversión en antigüedades se basa en el hecho de que con el paso del
tiempo los objetos se van deteriorando o desaparecen, incluso objetos
que eran muy comunes en una época, pasan a ser más escasos. Y esta
escasez hace que los demandantes tengan que pagar mayores precios para
poder acceder a los mismos.
En el caso de elementos
suficientemente antiguos, la baja oferta genera un valor para las
antigüedades. Por ejemplo, no es fácil encontrar ejemplares de
mobiliario anteriores al siglo XVII, lo que hace que un mueble antiguo
tenga un precio elevado por el simple hecho de ser antiguo. Incluso
productos que en su época eran de uso cotidiano y poco valorados, como
la loza, con el paso de unos cientos de años alcanzan un valor elevado
por el hecho de ser los supervivientes de una época anterior.
En
el caso de productos no tan antiguos, de los que sigue siendo fácil
encontrar ejemplares, la oportunidad de inversión puede surgir en
relación a las colecciones y los coleccionistas. El número de objetos
que pueden coleccionarse es prácticamente ilimitado. Y una vez que una
persona comienza a coleccionar algo, puede sentir una compulsión por
aumentar o completar (si es posible) su colección. Si muchas personas
comparten un interés en aumentar la colección hace que los productos
coleccionables suban de precio. Una buena guía para ver qué clases de
elementos se pueden coleccionar y qué precios pueden alcanzar es la
página de Kovels Antiques, Inc.
Enlaces
Valor de los bienes tangibles.
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