La motivación para invertir en bienes tangibles.

La compra de bienes tangibles viene impulsada por dos clases de compradores: aquellos que compran por el deseo de poseer el objeto y quienes compran con el objetivo de obtener un rendimiento económico del objeto.


Deseo de poseer un objeto.

Un bien tangible puede resultar un objetivo para personas que estén dispuestas a pagar un alto precio por el simple hecho de poseerlo.
Puede haber varios motivos que impulsen a una persona a querer tener un objeto de los catalogados como bienes tangibles. Entre estos, estarían:
  • Disfrute estético o intelectual. Quien compra un bien tangible puede encontrar un valor estético o sensorial en el objeto del que espera disfrutar como poseedor. Este valor no es fácil de medir y puede variar en la persona compradora de acuerdo con las circunstancias.
  • Un comprador de un bien tangible puede llegar a disfrutar del bien en el momento en el que lo busca o lo descubre, cuando analiza la posible compra, cuando lo adquiere, cuando lo ubica en su casa o cuando piensa en que lo va a ver por enésima vez. Y disfruta del objeto por lo que es, y porque es suyo.
    Un cuadro o una escultura podría ser ejemplo de compra por simple deseo de poseer el objeto. Hay “un flechazo” entre el comprador y la obra de arte.
  • Distinción. Muchos de los bienes tangibles se caracterizan por ser objetos con características poco comunes. Esta diferenciación respecto a las cosas generales es valorada por muchas personas que buscan una distinción en lo que hacen y/o en lo que poseen.
  • Un diamante grande podría ser ejemplo de un objeto que se compra por distinción. Un diamante es un objeto caro, que no todo el mundo puede adquirir. Si el diamante tiene un tamaño importante, es caro en una proporción aún mayor. El comprador de un diamante puede estar pensando en que como poseedor del mismo se va a distinguir de todos aquellos que no lo tienen.
  • Coleccionismo. Completar una colección. Es posible coleccionar cualquier clase de objetos. Algunos de estos objetos tienen un valor en sí mismos y de forma individual (como las cajas de cerillas), pero adquieren otro valor superior como elementos de una colección. Si la colección permite alcanzar metas (como tener toda la obra editada en Europa de un escritor concreto), cuanto más cerca se esté de la meta más valor obtendrán los elementos individuales de la colección para el comprador.

Búsqueda de un rendimiento económico.

La compra de un bien tangible como inversión espera conseguir un rendimiento económico que supere al gasto de la misma. Este rendimiento económico puede conseguirse por medio de la reventa a mayor precio o por otras vías como la exposición o incluso el regalo.
  • Venta a mayor precio. La inversión ideal en bienes tangibles consiste en comprar un bien tangible barato y vender a un alto precio. Para que el precio de venta sea superior al de la compra se puede esperar a que el mercado suba o buscar un comprador interesado en lo que se oferta.
  • Un ejemplo de venta a mayor precio sería descubrir una obra descatalogada de un pintor conocido, comprarla a bajo precio, lograr que se reconozca y venderla al precio que se pague para las obras de ese pintor.
  • Exposición de los bienes. La exposición de bienes tangibles puede ser un modo de obtener ingresos a partir de una colección de productos de una clase determinada.
  • Un ejemplo de exposición de bienes tangibles podría ser la creación de un museo etnológico a partir de la recopilación de distintos enseres del mundo rural en desuso. Este modelo, a mucha mayor escala, se aplica a obras que se exponen en grandes pinacotecas donde es posible contemplar un conjunto de obras maestras gratuitamente o a un coste moderado (en comparación con el valor de las obras expuestas). Esto puede generar ingresos directos e indirectos para la localidad en la que se encuentra el museo.
  • Otras vías. Existen otras vías no tan directas con las que se puede conseguir un rendimiento económico a una inversión en bienes tangibles.
  • Por ejemplo, una compra de un lote de botellas de vino de una bodega y una fecha concreta, puede servir para crear el ambiente en el que cerrar satisfactoriamente una comida de negocios. Otro ejemplo. Todos los años el comienzo de la campaña de pesca de salmón en Asturias coincide con una competición por ver quién pesca el primer salmón de la temporada en ríos Asturianos. Este primer salmón, conocido como el Campanu, se subasta públicamente, alcanzándose un precio que en muchas ocasiones supera los 10000 euros. El comprador, que puede ser un restaurante de la zona, paga un precio desproporcionado por la pesca pero a cambio consigue una inversión en publicidad para su local.

Enlaces
       La inversión en sellos.

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