Valor de los bienes tangibles.

Los bienes tangibles pueden tener un valor por sí mismos, pero este valor no es obvio para todo el mundo, o bien es un valor mucho menor que el que se espera alcanzar con la venta del bien en el futuro.
Por ejemplo, un ejemplar de un libro editado en el siglo XVII no tiene más valor estrictamente literario que una edición equivalente del siglo XXI. De hecho, para un lector actual podría ser más práctico por formato, peso y estado de conservación leer la edición más actual. Sin embargo, habrá personas dispuestas a pagar una cifra significativamente más alta por una primera edición de  Oráculo manual y arte de prudencia, de 1647, que por una edición actual de la obra de Baltasar Gracián.
El valor de los bienes tangibles viene dado por la oferta y la demanda que exista de estos bienes.
La demanda la pueden generar tanto los compradores de bienes tangibles por el deseo de poseer el objeto como los compradores interesados en la inversión.
La oferta la pueden generar quienes han adquirido los bienes tangibles como inversión, o personas que poseen esos bienes pero están interesados en venderlos.
Un ejemplo de oferta podría ser el de los herederos de un coleccionista, que estén interesados en vender la colección del testador.

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       Factores que influyen en el precio de los bienes tangibles.

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