Condiciones para la salida a bolsa de una empresa.

Una característica de las bolsas de valores es que debe ser fácil comprar o vender acciones de las compañías cotizadas. A diferencia de las acciones no cotizadas, donde puede ser difícil encontrar un comprador o un vendedor para las acciones, las acciones en bolsa cumplen unas condiciones que buscan facilitar la liquidez.
Sin entrar en condiciones concretas de una bolsa de valores determinada, algunas condiciones que podemos encontrar son:

- Capital cotizado mínimo. Se exige a las compañías que el capital de las acciones en bolsa supere un mínimo determinado. A mayor capital, se supone que el movimiento de acciones y el interés en las acciones de la compañía puede ser mayor. 
- Número mínimo de accionistas. Se exige a las compañías tener un número de accionistas suficiente para que pueda ser posible la fijación de precios de forma libre. Si el número de accionistas es muy limitado, o la mayor parte de las acciones se concentra en pocos accionistas, la liquidez de las acciones se ve comprometida: aunque la cotización sea pública, está controlada por un número muy limitado de personas o entidades.
Para considerar el capital mínimo cotizado y el número mínimo de accionistas, pueden no considerarse participaciones mayoritarias muy estables. Si un inversor tiene un porcentaje importante del capital de la compañía y no negocia con sus acciones, pueden no considerarse sus acciones y el capital que suponen estas para verificar si se cumplen las condiciones para que la compañía negocie sus acciones en la bolsa.

Otra condición que se suele exigir a las compañías es la solvencia económica. Así, muchas bolsas de valores exigen a una compañía que, para que pueda cotizar sus acciones en dicha bolsa, la compañía presente un historial económico adecuado en los últimos años. Este historial suele asociarse a un número mínimo de años alcanzando un porcentaje mínimo de beneficios.
Esta condición se relaja en las bolsas que negocian acciones correspondientes a nuevas compañías o compañías centradas en estrategias de negocio nuevas, como las tecnológicas. En estos casos, las bolsas de valores exigen menos condiciones a las empresas para que coticen sus acciones, debiendo ser el inversor consciente de que su inversión en acciones de ese tipo de compañías puede ser más arriesgada que en el caso de compañías “tradicionales”.

Por último, se exige a las compañías cotizadas una información sobre sus actividades y sobre sus resultados y expectativas. Esta información debe ser pública y debe estar orientada a ayudar a los inversores y posibles inversores a decidir si compran, mantienen o venden acciones de la compañía.

Algunas de las condiciones para la salida a bolsa, deben mantenerse a lo largo del tiempo o la compañía deberá dejar de cotizar sus acciones en la bolsa. Por ejemplo, si existe un inversor que acumula sistemáticamente acciones de la compañía hasta el punto de alcanzar la mayor parte del capital, las acciones del resto de los inversores pueden no garantizar la liquidez mínima requerida en la bolsa y la compañía ser invitada a dejar de cotizar sus acciones.

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