Metales comunes y metales preciosos.

Se llama metales a los elementos químicos buenos conductores del calor y de la electricidad, con un brillo característico, y sólidos a temperatura ordinaria, salvo el mercurio. En el concepto de metal se incluyen, además de los elementos puros, aleaciones que tienen las mismas características de conductividad de los elementos puros, como el bronce o el acero.

Los metales representan una parte importante de la negociación en los mercados de materias primas. Dentro de los metales, se puede establecer una división entre dos tipos de metales: los metales comunes y los metales preciosos.

Se llama metales preciosos a los que se encuentran en estado libre en la naturaleza.
El hierro, por ejemplo, no es un metal precioso porque se encuentra normalmente formando parte de elementos compuestos en distintos minerales. El oro, que es probablemente el metal precioso más representativo, suele encontrarse en forma de pepitas.
Los metales preciosos aparecen libres en la naturaleza porque tienen poca tendencia a reaccionar con otros elementos formando compuestos. Al no reaccionar fácilmente, por ejemplo oxidándose, los metales preciosos han sido elementos muy valorados históricamente en joyería. Son metales preciosos el Oro, la plata, el platino, el paladio, el rodio, el renio, el rutenio, el osmio y el iridio.

El resto de los metales se denominan metales comunes y se caracterizan porque suelen ser más abundantes que los metales preciosos, y porque es necesario un proceso extractivo para obtener el metal a partir de un mineral. Ejemplos de metales comunes muy utilizados en la industria son el hierro y el aluminio.

Enlaces
      Los metales preciosos.

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